Preservando la Identidad

(Palabras emitidas durante el Congreso en Argentina del Centro Cultural Islámico Custodio de las Dos Sagradas Mezquitas Rey Fahd en Marzo de 2012 en Argentina)

Hace 12 años, cuando apenas cumplía año y medio de ser musulmán, al encontrarme estudiando en una Universidad de México, la reflexión de un profesor cambió mucho la manera de ver mi perspectiva de las cosas. Nos mencionaba que siempre la gente trata de agradar a los demás, cuando esto es imposible, una persona por tanto esfuerzo que haga; nunca le agradará o a todos. Es por eso que en México tenemos un dicho “Nadie es una moneda de oro.” (Ya que al oro nadie lo rechaza, verdad). Días antes de haber escuchado estas palabras, yo me había afeitado mi barba, porque muchas de las compañeras de clase me decían que me veía mejor así. Siendo que aunque lo hice, me sentía mal debido a que me había dejado crecer la barba por el hecho de ser musulmán, no por otra razón, y si la había afeitado era para satisfacer el deseo de los demás, más no el mío. Es así como se encontraron dos asuntos:

1.- La reflexión de que uno nunca le agradará a todas las personas, aún se esfuerce como se esfuerce.

2.- Es mejor que uno se sienta bien ante Alá y consigo mismo, ya que este sentimiento no cambiará, y tratar de quedar bien siempre frente a los demás, es un objetivo que no se alcanzará. Y menos, si es a través de la desobediencia a Alá – Glorificado y Majestuoso Sea-.

Desde ese día alhamdulilah conservo mi barba sintiendo que es parte de mi identidad musulmana.

En diversas ocasiones dejamos pasar obligaciones religiosas, o inclusive nos da vergüenza algo de nuestra identidad islámica debido a querer que los demás no se molesten, o por miedo al rechazo, o querer agradar a alguien. Es por eso que los invito a reflexionar la siguiente aleya:

Dice el Altísimo:

Así pues, llama al recuerdo que, por el favor de tu Señor, tú no eres ni un adivino ni un loco.

(Corán 52:29)

Sobre esta aleya dijo el Shaij Abdu Rahman As S´adi (que Alá tenga misericordia de él):

“Alá el Altísimo ordenó a su Mensajero (que la paz y la misericordia de Alá sean con él) que recordará a la gente, musulmanes o no, para establecer así la evidencia de Alá sobre los opresores, y para que se guiarán así los que la aceptaron, sin que le diera importancia a las palabras de los asociadores o los desmentidores, o a sus perjuicios y dichos que extraviarán a la gente de su seguimiento…”

Es de esta manera como Alá nos enseña la manera en que incitaba a su Profeta a obedecerlo, dándole ánimos al recordarle que el Islam y el Mensaje era una gran bendición, pues le dice “Por el favor de tu Señor”. Es así como tenemos que agradecer a Alá en primer lugar que somos musulmanes, y que si hacemos algo debido a nuestra religión; es porque Alá nos favoreció ante los demás, con la guía del Corán y de la Sunnah. Y le niega al Profeta, que por el hecho de obedecer a Alá, sea un adivino o un loco. Es decir; que por el hecho de que alguien practique algo que forma parte del Islam; esto no lo volverá un loco. Y así de esta manera a uno no le debe de dar vergüenza obedecer a Alá. Aunque a la gente le parezca raro el que uno rece todos los días, o el que una mujer se ponga un velo, o que alguien rechace una bebida con vino.

Dijo el Mensajero de Alá (la paz sea con él):

Si no te avergüenzas haz lo que quieras.

'Aisha -Alá esté Complacido con ella- relató que el Mensajero de Alá la paz sea con él dijo:

"Quien procura satisfacer a Alá a costa del descontento de la gente, tendrá la satisfacción de Alá, y Alá haga que la gente se contente con él; y quien busca satisfacer a la gente descontentando a Alá, tendrá la insatisfacción de Alá y Alá hará que la gente se encolerice con él".

Compilado por Tirmidhi 2414 Clasificado como auténtico por Shaij Al-Albani.